jueves, 23 de abril de 2009

Editorial: las palabras


Las palabras nos rodean, nos besan, nos gritan, se enfadan, nos reprochan, se esconden.. Y escondida, oculta en mi memoria encontré precisamente Recovecos, una palabra dormida pero que consiguió reflejar letra a letra, fonema a fonema, lo que mi cabeza quería concebir con este programa. Un programa que ha ido creciendo gracias al aliento de todos estos colaboradores que hacen que la inquietud navegue en esta laguna seca y flote con el hálito del entusiasmo. Nuestra osadía nos ha llevado a proponer al área de cultura, esta "quijotada" -nunca mejor dicho- . Y sinceramente, ahora mientras salen mis primeras palabras tengo que reconocer que yo todavía veo molinos y ejércitos. Si no la ínsula, al menos deseo que consigamos salvarnos del tedio.

Hoy no haremos la quema de libros que le hicieron al pobre don Quijote para librarlo de su locura. Hoy apostaremos por el intercambio, el trueque de ellos. A cambio de una palabra que se recoja en este cuaderno, le obsequiaremos con un ejemplar hasta acabar con las existencias. Esto lo conseguimos gracias a la colaboración del Fondo de Canarias de la Universidad de La Laguna que amablemente nos ha donado un centenar de libros y de la Biblioteca Municipal de manos de Margot.
Lo dicho: una palabra por un libro.
Una palabra, una historia.
Una palabra, una vida,
Una palabra, la sorpresa.

Y con la palabra trazaremos cada minuto de estas dos horas de programa. Estos Recovecos de hoy 22 de abriln se han gestado con un afán de movimiento. Pero como adicta a la historia, ya no confío en las revoluciones porque se parecen a montar en bici: en cuanto dejas de pedalear, caen por su propio peso.

Creo que los cambios se estimulan por contagio, por implicación. Los libros, la biblioteca, las palabras parecen ser un reducto ajeno sólo para intelectuales. Lo cierto es que una de las personas más adictas a las palabras, nunca leyó un libro pero permanecía horas escuchando la radio y era capaz de hilvanar un discurso coherente y crítico. Sólo el que lee, libera los prejuicios. El que lee o escucha.

La lectura también puede ser a través de los ojos de otros, de la voz de otro. La literatura oral se ha perdido y de ello saben muchos nuestros abuelos. Las historias contadas al calor de una lumbre, aquellas que se recuerdan y que cuentan tantos secretos…

Todos los que hoy están aquí, se tienen que sentir bienvenidos. Recovecos no tiene más objetivo que el de hacerlos disfrutar de una opción diferente. Que además nos estimule a buscar una palabra. Y si es posible, a aprender: que cuando se comparte, se aprende... Nos encontramos en el Salón de Actos del Convento franciscano en Granadilla de Abona. Una jornada especial en estos recovecos que salen del estudio para conmemorar el día del Libro, el día de la palabra.
El amor, La tregua de Benedetti, constituye el tema más tratado en la literatura occidental, quizás porque condensa todo lo que realmente preocupa al ser humano. Lleva en sí el deseo y la felicidad de estar vivos, la angustia del tiempo y el sueño de escapar a la muerte, el anhelo de la libertad y la necesidad de compartir emociones, experiencias y pensamientos, la necesidad de no estar solos y comunicarnos con el otro. Como decía Casariego, “el amor no es sino el grito de la vida. Amando, vivimos olvidando la muerte, creemos poder ser inmortales”. Pero el amor que todo lo fertiliza, también hace crecer las plantas de la desgracia.
Este ha sido el editorial de este 22 de abril de 2009.

Están escuchando Recovecos
con Natalia Guillén

Despedida
Y ya, al cerrar este programa, mientras digo estas palabras y después de escuchar todo lo que aquí se ha dicho, toda las historias que aún me quedan por conocer, pienso en aquello que he oído alguna vez “Te has vuelto loca”, estás loca. Y contesto: “el sabor de la vida es para los locos”.

Dichas o escritas, las palabras avanzan y se colocan una detrás de otra en su espacio propio, el papel o, en este caso, a través de las ondas. Y una con otra atraviesan el tiempo y sucumben ante la definitiva necesidad del ser por ser. Porque al fin y al cabo, las cosas en apariencia inútiles como el amor o la literatura, son las que esconden los hitos de nuestra vida.

Se despide quien les habla Natalia Guillén. Feliz día del libro
A ti, la voz debida.

1 comentario:

vinagron dijo...

Que glamurosa, de cine se te ve!!!!!
Esa foto está hecha sobre la pantalla del proyector y queda muy curiosa, como curiosa es la prota de la imagen.....